El Numancia se destapa ante toda España

No es casualidad. No son golpes de suerte. Si el Numancia comanda la tabla (provisionalmente) es porque es un equipazo. Que si lo miras por nombres, pues, vaya, no parece gran cosa. Pero los ves jugar, y lo que tienen que hacer lo hacen a la perfección.

Porque Alicante es un campo de lo más complicado de la Segunda, y el Numancia ha dado la campanada ganando 1-3 a un Hércules al que no le salió casi nada durante el partido. El trabajo realizado por Arconada hace que los rojillos ahoguen al rival desde la salida de balón, con lo que esta se hace cada vez mas imprecisa, y en pocas ocasiones viable. Además en ataque, combina los desplazamientos en largo hacia el omnipresente Bolo, con un fútbol de toque, hecho magia por jugadores como Nagore, Moreno, Julio Álvarez, Del Pino, o Carmelo, los cuales tienen al balón como su mejor amigo.

Si de algo nos quejábamos últimamente, era de la torrija mental de los 10 primeros minutos. Hoy no, hoy en el segundo 13 ya podríamos haber ido ganando 0-1 si no hubiera hecho aquél paradón Prats a tiro de Bolo. Pero no eran solo zarpazos, el Numancia movía el partido a donde él quería, y en el minuto 15 Del Pino, en un barullo en el área, resolvía con fortuna adelantando a los rojillos. Se pudo ampliar la renta, en una contra mal resuelta por Carmelo, que prefirió un disparo desde fuera del área a un pase interior a Julio Álvarez, o con un cabezazo de Del Pino, que lamió el poste derecho. Pero la mejor ocasión llegaría en un libre directo, que Julio Álvarez estrelló en la cruceta. El Hércules por su parte perdonó incomprensiblemente en un remate de Farinós libre de marca, que golpeó mal la pelota, lo cual propició que el balón se fuera a la grada.

La segunda parte demostró que lo de antes del descanso no había sido un espejismo. El Numancia seguía muy bien plantado atrás con dos centrales que quizás han jugado el mejor partido de la temporada, dos laterales segurísimos en defensa, y del centro del campo para arriba (salvo Carmelo algo perdido hoy) mejor imposible. No se notó la baja de Brit, bien suplida por un gran Julio Álvarez. De nuevo tuvimos las mejores ocasiones en la reanudación, pero el perdonar suele costar caro, y el equipo herculano se vino arriba. Y tras mucho marear la perdiz, y cederles terreno de juego, en una arrancada espectacular, Tote inventó un pase entre los dos centrales Numantinos, que con algo de fortuna el panameño Blas Pérez introdujo dentro de las mallas de Jacobo.

El partido se presentaba complicado, el Hércules se echaba arriba, y Arconada hizo dos cambios, Sergio Ortega suplió a Juanra por lesión, y Palacios a Carmelo para afianzar el centro del campo. El empate parecía un injusto premio al esfuerzo realizado, pero las acometidas del Hércules cada vez eran más serias y con más hombres. En una contra fue escamoteado un penalti claro por agarrón de Jaume sobre bolo. Pero cosas del fútbol, cuando más difícil parecía ya el sacar los 3 puntos, Nagore, en un acto de pillería, roza el balón con la mano en un córner sacado por Julio al primer palo, y Llera se introdujo el balón en su propia portería. Gol ilegal, pero hay que reconocer que en directo es casi imposible verlo, a mi me ha costado hasta con las repeticiones. Y en la siguiente jugada, una obra de arte:

Mario Martínez es un canterano numantino, que no ha tenido mucha suerte los dos últimos años con las oportunidades que le han brindado, bien por escasas, o bien por que no tenía suerte en lo que hacía. Pero este año es diferente. Una asistencia estratosférica a Rafa Jordá en el Martínez Valero, y un golazo hoy, que si lo mete Ronaldinho, lo tenemos hasta en la sopa: pase al área de Bolo, que había recibido una buena apertura del mismo Mario, este la pone, a Mario se le queda un poco atrás y resuelve de espuela, dejando atónito al portero Prats. Véanlo, quizás el gol de la jornada.

Por lo demás genial el equipo, dos salidas consecutivas solventadas con 1-4 y 1-3, 13 puntos de 15 posibles, y comandamos la tabla. Próximo rival Sporting de Gijón. Rumbo: Primera División.

Un saludo