Más que un duelo, lo vivido ayer en el Nuevo José Zorrila lo podríamos denominar una batalla. La dureza con la que se emplearon los jugadores del Valladolid para parar a los jugadores del conjunto blanco fue extrema. Demasiadas patadas, excesiva dureza a la hora de robar el esférico, algunas de ellas desentendiéndose incluso del balón, como la acción que protagonizaron Nivaldo y Cristiano Ronaldo. A pesar de ello, al técnico del Valladolid todavía le quedaron palabras para quejarse de Cristiano Ronaldo, algo que solo se puede llegar a entender si tenemos en cuenta la goleada que se llevaron los pucelanos con hat-trick de Higuaín, que ya se perfila que uno de los delanteros en la apuesta por el Mundial del Argentina.
A pesar del gran número de goles que el Real Madrid marcó en Valladolid, el partido no comenzó con dominio claro de los blancos. Le costó mucho al conjunto de Pellegrini entrar en el partido y hasta que el portugués no marcó un gol de falta, las cosas no pintaban bien en Zorrilla. Mejuto González permitió demasiada dureza en el juego de los pucelanos, quienes al ver que no podían parar al Madrid por las buenas, lo intentaron por las malas. Pudieron empatar los blanquivioletas a balón parado, pero Casillas se asoció con el palo para evitar el gol de Pelé.
Justo antes del descanso, la defensa del Valladolid hizo aguas y permitió que una falta botada por Van der Vaart la rematara el Pipita haciendo así el segundo para los de Pellegrini. Ya en el segundo acto, fue de nuevo el argentino el que demostró que esta temporada cuenta con mucho gol. Recibió un pase de cabeza de Cristiano Ronaldo y se fue en velocidad de la defensa pucelana batiendo por bajo al meta paraguayo Justo Villar.
Era el de la sentencia, pero el Valladolid encontró la fortuna cuando un despeje de Casillas pegó en Albiol y acabó entre las redes de la portería del Real Madrid. Pasada la hora de partido, Higuaín volvió a aparecer no solo para darle una alegría a un Pellegrini que mal lo ha pasado esta semana, sino también para dejarle claro a su compatriota Messi que el también quiere el Pichichi este año.
Victoria del Real Madrid y mala actuación de Mejuto González, el cual se trago dos penaltis de Sergio Ramos y no vio el pisotón de Nivaldo a Cristiano Ronaldo. Los colegiados siguen ganándose su protagonismo a base de malos arbitrajes, algo que se está poniendo de moda en el fútbol español.
A pesar del gran número de goles que el Real Madrid marcó en Valladolid, el partido no comenzó con dominio claro de los blancos. Le costó mucho al conjunto de Pellegrini entrar en el partido y hasta que el portugués no marcó un gol de falta, las cosas no pintaban bien en Zorrilla. Mejuto González permitió demasiada dureza en el juego de los pucelanos, quienes al ver que no podían parar al Madrid por las buenas, lo intentaron por las malas. Pudieron empatar los blanquivioletas a balón parado, pero Casillas se asoció con el palo para evitar el gol de Pelé.
Justo antes del descanso, la defensa del Valladolid hizo aguas y permitió que una falta botada por Van der Vaart la rematara el Pipita haciendo así el segundo para los de Pellegrini. Ya en el segundo acto, fue de nuevo el argentino el que demostró que esta temporada cuenta con mucho gol. Recibió un pase de cabeza de Cristiano Ronaldo y se fue en velocidad de la defensa pucelana batiendo por bajo al meta paraguayo Justo Villar.
Era el de la sentencia, pero el Valladolid encontró la fortuna cuando un despeje de Casillas pegó en Albiol y acabó entre las redes de la portería del Real Madrid. Pasada la hora de partido, Higuaín volvió a aparecer no solo para darle una alegría a un Pellegrini que mal lo ha pasado esta semana, sino también para dejarle claro a su compatriota Messi que el también quiere el Pichichi este año.
Victoria del Real Madrid y mala actuación de Mejuto González, el cual se trago dos penaltis de Sergio Ramos y no vio el pisotón de Nivaldo a Cristiano Ronaldo. Los colegiados siguen ganándose su protagonismo a base de malos arbitrajes, algo que se está poniendo de moda en el fútbol español.
2 comentarios:
Que malos son los árbitros. Patéticos.
Al final, una pequeña frase en un parrafo sin importancia. Ahí es donde se trata los dos penaltis, clarísimos, de Sergio Ramos que desnivelaron el partido porque uno fue en el minuto 4 y merecedor de la tarjeta roja.
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