El astro de Madeira está que muerde. Para él hacer un hattrick es cumplir con su deber. Es un asesino en serie, cuya misión es marcar, marcar todo lo que le llega a sus botas, a su cabeza, a su pecho. Un psicópata del gol. Pero solo no puede. Debe ser escoltado por la guardia alemana. Mesut y Sami descansaron ante el Sevilla, reservando sus fuerzas para un envite más trascendental.
Dos escuderos de lujo
Özil es el pilar básico en la transición ofensiva del Real Madrid, el mejor equipo en transición del mundo. Pero Mourinho también le encomendará mucha tarea defensiva, molestar a Carrick y dificultar la salida de los centrales del United. Y qué decir de Khedira. Sin su don de la ubicuidad el Madrid pasaría de ser un equipo tremendamente competitivo a uno vulgar y vulnerable. De hecho, cuando Sami no juega, el Madrid lo nota. En forma de llegadas, en forma de goles en contra, en forma de puntos perdidos. Es el mejor amigo en el campo de cualquiera de los que le rodean. Pregúntenle a Xabi Alonso.
Los dos gladiadores teutones deberán realizar el más sucio de los trabajos para que luzca el sol en Madeira. Para que Cristiano nos regale otra de esas noches antológicas a las que nos ha malacostumbrado en los últimos tiempos. Özil y Khedira correrán como negros para ganar como blancos.
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